La premio Pritzker desafía al espacio y a sus críticos con diseños experimentales e intuitivos que redundan en la naturaleza
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de marzo.- Un caos controlado. Así es la arquitectura de Zaha Hadid (Bagdad, 1950), quien conjuga en un sólo sitio la fragmentación de muros, deformación de espacios y figuras impredecibles. Todo en una aparente autonomía, aunque en realidad cada elemento se rige por la concepción teórica de la proyectista.
Un centro acuático, una galería de arte, una estación de bomberos, una escuela o un complejo habitacional, diseñados por Hadid, coinciden en trazos geométricos, referentes a elementos naturales como el agua y, principalmente, la carga de modernidad que contrasta con la estética del entorno urbano, sea cual sea su geografía. “Nuestro trabajo impregna la arquitectura con la complejidad y la belleza de las formas naturales”, explica quien será la estrella del 13 Congreso Internacional de Arquitectura y Diseño Arquine 2012, que inicia hoy en el Teatro Metropólitan, en la Ciudad de México.
A través de textos con los que ha defendido sus proyectos, ella misma define su obra como una suma de racionalismo y experiencia. Ello le ha merecido el Premio Pritzker 2004, la única edición otorgada a una mujer en reconocimiento a sus creaciones de perspectiva múltiple que buscan enfoques nuevos de la construcción para, al final, evocar “el caos de la vida moderna”.
La creadora del Centro Acuático de Londres, del Museo del Transporte en Escocia, de la Torre Dorobanti en Rumania y del Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal en Ohio, utiliza sus estudios en matemáticas, que realizó en Beirut, con los de arquitectura, en la Asociación de Arquitectura de Londres, donde radica y profesores como Rem Koolhaas y Elia Zenghelis le enseñaron a trasgredir las formas tradicionales. “Los arquitectos deben ser capaces de operar con la lógica y la intuición simultáneamente”, afirma la proyectista con 30 años de experiencia en la investigación de urbanismo, arquitectura y diseño que realiza desde su despacho Zaha Hadid A rchitects, fundado en 1980 en la capital del Reino Unido.
Convencida de la inexistencia de fronteras en el diseño, la también reconocida con el Premio Imperial 2009 se ubica dentro de la corriente del “deconstructivismo”, que se basa en teorías racionalistas; aunque Hadid asegura pertenecer a una tradición más intuitiva, que se sirve del uso de elementos naturales, sin llegar a una arquitectura sustentable.
Por ejemplo, el Centro Acuático de Londres, inspirado en las figuras del agua en movimiento, ofrece una sensación de fluidez al mismo tiempo que volumen a través de su cubierta ondulada que se eleva desde el suelo en una suerte de ola gigante. Las instalaciones, con capacidad para 17 mil 500 personas, serán sede de los Juegos Olímpicos de este año.
También es el caso de la Galería Roca, inaugurada en octubre de 2011 en Londres, en la que la luz actúa como la columna vertebral de espacios amplios, decorados con símiles de gotas de agua. “Este elemento decorativo figura como un transformador de movimiento, sin interrupción, sólo fluye a través de la galería principal como el agua”. Aunque las obras de Hadid podrían considerarse de la corriente futurista, la proyectista rompe todo estilo, clásico o nuevo; lo que en diferentes ocasiones ha provocado la suspensión de sus construcciones por trasgredir el entorno o simplemente por su costo.
Fue el caso de la Biblioteca Central de la Universidad de Sevilla, que construía en una esquina del parque Prado de San Sebastián. La obra fue detenida por quejas de vecinos que argumentaron que el edificio afectaría la esencia del parque al disminuir sus áreas verdes y romper con la armonía del espacio. También la construcción de la Cardiff Bay Opera House, concebida a inicios de la década de los 90 para la compañía de la Ópera Nacional de Gales, que fue cancelada por falta de presupuesto por parte de autoridades municipales y de un financiamiento privado, pues los responsables consideraban que era un diseño elitista y fuera de las necesidades de los habitantes locales.
Sin importar la crítica a sus obras, Hadid persiste en diseños experimentales que generen experiencias nuevas al habitar el espacio.
Vía: Excélsior
Artículo: Sonia Avila
Un centro acuático, una galería de arte, una estación de bomberos, una escuela o un complejo habitacional, diseñados por Hadid, coinciden en trazos geométricos, referentes a elementos naturales como el agua y, principalmente, la carga de modernidad que contrasta con la estética del entorno urbano, sea cual sea su geografía. “Nuestro trabajo impregna la arquitectura con la complejidad y la belleza de las formas naturales”, explica quien será la estrella del 13 Congreso Internacional de Arquitectura y Diseño Arquine 2012, que inicia hoy en el Teatro Metropólitan, en la Ciudad de México.
A través de textos con los que ha defendido sus proyectos, ella misma define su obra como una suma de racionalismo y experiencia. Ello le ha merecido el Premio Pritzker 2004, la única edición otorgada a una mujer en reconocimiento a sus creaciones de perspectiva múltiple que buscan enfoques nuevos de la construcción para, al final, evocar “el caos de la vida moderna”.
La creadora del Centro Acuático de Londres, del Museo del Transporte en Escocia, de la Torre Dorobanti en Rumania y del Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal en Ohio, utiliza sus estudios en matemáticas, que realizó en Beirut, con los de arquitectura, en la Asociación de Arquitectura de Londres, donde radica y profesores como Rem Koolhaas y Elia Zenghelis le enseñaron a trasgredir las formas tradicionales. “Los arquitectos deben ser capaces de operar con la lógica y la intuición simultáneamente”, afirma la proyectista con 30 años de experiencia en la investigación de urbanismo, arquitectura y diseño que realiza desde su despacho Zaha Hadid A rchitects, fundado en 1980 en la capital del Reino Unido.
Convencida de la inexistencia de fronteras en el diseño, la también reconocida con el Premio Imperial 2009 se ubica dentro de la corriente del “deconstructivismo”, que se basa en teorías racionalistas; aunque Hadid asegura pertenecer a una tradición más intuitiva, que se sirve del uso de elementos naturales, sin llegar a una arquitectura sustentable.
Por ejemplo, el Centro Acuático de Londres, inspirado en las figuras del agua en movimiento, ofrece una sensación de fluidez al mismo tiempo que volumen a través de su cubierta ondulada que se eleva desde el suelo en una suerte de ola gigante. Las instalaciones, con capacidad para 17 mil 500 personas, serán sede de los Juegos Olímpicos de este año.
También es el caso de la Galería Roca, inaugurada en octubre de 2011 en Londres, en la que la luz actúa como la columna vertebral de espacios amplios, decorados con símiles de gotas de agua. “Este elemento decorativo figura como un transformador de movimiento, sin interrupción, sólo fluye a través de la galería principal como el agua”. Aunque las obras de Hadid podrían considerarse de la corriente futurista, la proyectista rompe todo estilo, clásico o nuevo; lo que en diferentes ocasiones ha provocado la suspensión de sus construcciones por trasgredir el entorno o simplemente por su costo.
Fue el caso de la Biblioteca Central de la Universidad de Sevilla, que construía en una esquina del parque Prado de San Sebastián. La obra fue detenida por quejas de vecinos que argumentaron que el edificio afectaría la esencia del parque al disminuir sus áreas verdes y romper con la armonía del espacio. También la construcción de la Cardiff Bay Opera House, concebida a inicios de la década de los 90 para la compañía de la Ópera Nacional de Gales, que fue cancelada por falta de presupuesto por parte de autoridades municipales y de un financiamiento privado, pues los responsables consideraban que era un diseño elitista y fuera de las necesidades de los habitantes locales.
Sin importar la crítica a sus obras, Hadid persiste en diseños experimentales que generen experiencias nuevas al habitar el espacio.
Vía: Excélsior
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