La era de las industrias creativas
En las sociedades posindustriales, los productos y servicios con elementos creativos, como la arquitectura, el diseño y la publicidad, están a la cabeza.Imagen Cortesía de Miguel Ángel ceballos/Ilustración
La globalización ha tenido un profundo impacto en las industrias creativas, tanto economistas como estadistas están más conscientes de su impacto económico porque en los últimos 20 años, las nuevas tecnologías han facilitado el comercio y el consumo de bienes y servicios culturales. Sin embargo, el concepto es todavía muy nuevo y no todos los gobiernos están convencidos de que sea un factor prioritario.
No obstante, las industrias creativas constituyen un componente cada vez más importante en las economías posindustriales basadas en el conocimiento.
De acuerdo con un informe de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las industrias creativas estimulan la recuperación económica.
Para aprovechar las oportunidades que ofrece este tipo de industrias, los gobiernos necesitan definir e identificar los indicadores culturales que van a medirán y mapearlos con el fin de conocer su comportamiento y su situación dentro las economías nacionales. Reino Unido es el pionero en desarrollar estos modelos y en crear un Ministerio de Industrias Creativas y Turismo.
El Departamento para la Cultura, Medios de Comunicación y Deportes de Reino Unido elaboró el primer mapeo de las Industrias Culturales en 1998 y posteriormente en 2001, como parte de sus esfuerzos para acabar la depresión económica. Definió y clasificó las industrias creativas en 13 campos distintos (publicidad, arquitectura, arte y mercado de antigüedades, artesanías y diseño, entre otras). Australia, Nueva Zelanda, Singapur y Hong Kong se han sumando siguiendo el modelo inglés.
El Ministerio de Cultura de Colombia lanzó una Guía para Mapeos Regionales de Industrias Creativas, preparada por el Centro de Investigación CRECE y la colaboración del British Council, con las herramientas metodológicas básicas para su investigación para subsanar el vacío de conocimiento de las autoridades sobre la explotación económica de las industrias creativas locales. La guía también se publicó en Chile y en los países que integran el Mercosur.
En México, Luis Arnal dirige INSITU, despacho que asesora al Gobierno del Distrito Federal (GDF) en el diseño de programas para mejorar la calidad de vida de los capitalinos y presentó las bases para crear un Centro de Diseño para la Ciudad de México, como un primer paso para explotar las industrias creativas.
En la Ciudad de México hay colonias con estas cualidades, como la Roma o la Condesa, que atraen a gente con cultura interesante. “No es tanto la gente que produce sino el tomador de decisiones sobre lo que se quiere producir”, explica Arnal.
Uno de los proyectos en los que trabajan es el mejoramiento de la señalización en la Ciudad de México. El objetivo es lograr que las personas ubiquen dónde están y hagan negocios; la señalización traerá comunicación, sistemas de mapeo y turismo. “Va más allá de cambiar letreros”, dice Roberto Holguín, director adjunto de INSITU y catedrático de la materia de Innovación en la Universidad Iberoamericana.
Su aplicación podría comenzar hacia el segundo semestre de 2011, agrega Holguín.La Secretaría de Turismo del DF realiza sondeos para implantar la identidad capitalina bajo la marca Bésame Mucho, respetando los derechos de autor. “Si es aceptada, una empresa privada se encargaría del merchandising”, señala Alejandro Rojas-Díaz Durán, secretario de Turismo del GDF.
De acuerdo con la UNESCO, abordar una ciudad es la forma más eficiente de favorecer la comprensión de las industrias creativas, así como de desarrollar políticas públicas viables.
El talento creativo existe, el problema es la falta de presupuesto para consolidar los proyectos. “Una forma de fortalecer el desarrollo del diseño es mediante asociaciones público-privadas, tal como se hace en infraestructura”, comenta Sebastián Ocampo, director del despacho SIDAR y director de la licenciatura en CENTRO.
En coordinación con la Universidad de Massachusetts, Ocampo diseña alternativas para los Centros de Transferencia Modal (Cetram), proyecto del GDF para 2011.“Queremos trabajar el mobiliario urbano y desarrollar espacios públicos como oficina”, explica.
Vía: ObrasWEB (Ana Lydya Valdés)
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