Tras superar 600 proyectos de todo el mundo, dos mexicanos realizan la extensión del Serlachius Museum Gösta, que acoge una de las colecciones privadas de arte más importantes de los países nórdicos.
Imagen Cortesía: Especial
Este trío de jóvenes, de 37 años de edad, tienen su estudio en Barcelona. Mara y Héctor son pareja, ella es chilanga y él tamaulipeco, aunque estudiaron en el ITESO de Guadalajara.
Tienen muy claro que algún día les gustaría volver a México para poner en práctica lo aprendido en Europa, pero también lo ven difícil porque la distancia les impide estar conectados al cien por cien de lo que pasa por allá en lo que respecta a su profesión. Además de la “forma tan especial” que se adjudican los proyectos, “algo que no pasa en Europa”, donde todo se realiza a base de concursos.
¿Cómo es que llegan a España?
Mara: Llegamos a Barcelona para hacer un doctorado en la ETSAB, somos pareja. Nos casamos y nos venimos juntos. Cuando acabamos el doctorado ganamos un concurso para hacer la Fundación García Lorca, en Granada, a partir de ahí fundamos el despacho.
¿Ejercieron su profesión en México?
Héctor: Desde que éramos estudiantes intentamos compatibilizar trabajo-estudio. Algunas horas trabajamos en los despachos para coger experiencia. Mara trabajó con Ricardo Legorreta y yo con Luis de Regil, por ejemplo.
¿Por qué Barcelona?
M: Primero fuimos a Londres a hacer un máster, una experiencia muy pesada. Teníamos un amigo que había venido a Barcelona y además hablaban muy bien de la escuela de arquitectura de aquí, así que nos planteamos venir y lo hicimos. Queríamos seguir aquí, del otro lado del charco.
¿Este proyecto fue su primer top?
M: Sí. Aquí en Europa es común que se lancen concursos abiertos. En el caso de la Fundación García Lorca fue a escala internacional y participaron casi 200 arquitectos de renombre y de varias partes del mundo. Se trataba de hacer un edificio que albergara todo el archivo de García Lorca.
Ganan el concurso, viene la crisis y ¿qué pasa después?
H: Empezamos a buscar proyectos fuera de España, sobre todo en el ámbito europeo, porque comparten la forma de trabajar. Hicimos algún concurso en Eslovenia, con Boris, ganamos uno más en Suecia y finalmente el de Finlandia.
El mercado en España está parado…
M: Sí, está duro. Ahora estamos haciendo algo en un pueblito de Andalucía, es un auditorio municipal y está muy recortado el presupuesto, pero ahí vamos.
Y después viene Finlandia, ¿cómo se enteran del concurso?
H: Nos enteramos a través de internet, ahora está todo muy publicado y te llega la información aunque no la quieras. A nosotros siempre nos ha gustado hacer edificios culturales y esto de Finlandia era como un caramelito para nosotros, se trata de un sitio casi idílico, con un paisaje increíble, y tiene relación con un edificio existente con mucho valor emocional.
M: La verdad que ya habíamos dado por perdido eso, pero de repente llamaron al despacho, Héctor contestó y se empezó a poner blanco. De hecho, en un principio pensamos que era una broma.
¿Cuándo empezarán?
M: Se nos dio el anuncio el 22 de junio, a partir de esa fecha el cliente nos pidió que contratáramos un socio local, ellos contrataron ingenieros. Héctor y Boris se van la próxima semana a Finlandia para acabar de cerrar todo. Por las condiciones climatológicas, a ellos les urge empezar en mayo a construir el cascarón del edificio y en noviembre trabajar de lleno. Los finlandeses quieren acabar en 2013, porque es la fecha en que la fundación cumple 80 años, pero lo vemos un poco justo así que vamos a acordar fechas.
H: El trabajo que haremos será coordinar que el producto final sea fiel a la idea original del proyecto. Haremos los dibujos constructivos, etcétera. Tiene que hacerse en finlandés y de eso entendemos poco, por eso nos asociamos con un despacho local para coordinarnos con el objetivo de que lo que tú pensaste se ejecute. Cada tres semanas iremos a Finlandia, tenemos muchas videoconferencias y un montón de comunicación.
¿Volverán a México?
M: Yo siempre tengo la inquietud. Cuando voy a México pienso: esto se debería hacer así... Yo nunca digo que no volveré, mi familia está allá. Pienso que mientras la barquita siga navegando por aquí estaremos, pero en un futuro no lo sé.
H: Yo quiero agregar que lo hemos intentado, pero a fin de cuentas resulta frustrante porque la manera de llevar esos concursos es muy diferente, hay muchos intereses mezclados. No somos lo suficientemente mediáticos como para que nos inviten y tampoco tenemos la fuerza local de un arquitecto mexicano que sabe el teje y maneje de todo allá. Pero, bueno, nuestro perfil es bastante internacional y si hacemos proyectos en Finlandia desde Barcelona podemos hacer lo mismo con México. La geografía ya no es problema.
M: De hecho, una amiga en México me ha encargado su casa y se la estamos haciendo. Todo se puede.
Imagen Cortesía: Especial
Vía. Milenio
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son importantes para Nosotros...