Reconocen la trayectoria de más de 60 años del artista en el ámbito arquitectónico
La titular del INBA, Teresa Vicencio, entrega la Medalla Bellas Artes al arquitecto Teodoro González de León. NTX
Visiblemente emocionado, el arquitecto mexicano Teodoro González de León recibió la Medalla Bellas Artes por trayectoria, en un acto en el que además de agradecer ratificó su compromiso de seguir enfrentando el presente y mantener, como desde hace 65 años, la arquitectura en su mente día con día como un arte.
En el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, una de sus más destacadas obras, la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio, reconoció la labor creativa y artística del arquitecto, en cuyo pensamiento, dijo, la emoción estética puede pasar de la nostalgia y la calma a la alegría, al asombro y la exaltación.
"Cuando eso acontece, la arquitectura se convierte en obra de arte, y eso es precisamente lo que pasa con su obra", destacó Vicencio Álvarez.
Es por eso, dijo, que resulta un honor rendir homenaje a González de León, a su trayectoria y a la trascendencia que sus obras tienen en la vida artística y cultural de México, y ofrecer el reconocimiento al creador del Museo Rufino Tamayo, en el que el INBA y los ciudadanos tienen uno de sus más destacados recintos artísticos.
Recordó que en ese recinto se presentó en 1996 la exposición "Ensamblaje y excavaciones-La obra de Teodoro González de León 1968-1996", exhibición que mostró la vertiente que da cuenta de su desempeño arquitectónico, en la cultura y escultura de esta figura.
Por su parte, el homenajeado destacó no haber tenido la tentación tecnológica que marcó gran parte de las preocupaciones y creaciones del siglo XX, pues siempre pensó en su quehacer como la hermana mayor de las Artes Pláticas.
Rodeado de amigos y colegas, refirió que su vida se vio invadida por la música y la arquitectura a un mismo tiempo y poco a poco concluyó que ambas disciplinas junto con la escultura, la pintura, el grabado y arquitectura, se retroalimentaban, ignorando cómo se llevaba a cabo esa interrelación, pero siempre sintiéndola en su ser y practicándola.
Las experiencias extraídas de sus visitas a Museos y conciertos musicales influyeron fuertemente en sus creaciones y lo contagiaron para plasmarlo en su arquitectura, indicó.
Fue así como tanto su profesión como las demás ramas artísticas se convirtieron en su forma de vida.
En 65 años, todas las artes han cambiado y han aparecido nuevas expresiones que sorprenden y desconciertan lo que ha hecho que se permeen a las artes duras primarias, la pintura, la escultura y la arquitectura.
Su profesión, observó, también ha evolucionado, lo que hace décadas requería de tres o cuatro disciplinas, ahora necesita de la colaboración de 12 a 15 especialidades diferentes.
En su opinión, es la más dura de las Artes Plásticas, por su compromiso originario de servicio y es ella en la que recaen las demandas de la sociedad actual globalizada y permanentemente actualizada, participativa y consciente del espacio urbano y del respeto al medio ambiente.
Previo a la entrega de la Medalla Bellas Artes, el moderador de la Mesa de la ceremonia, Miquel Adriá, resaltó que la historia de la arquitectura mexicana, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del siglo XXI, definitivamente no puede ser narrada sin entrar de lleno en la obra de González de León.
Sus bancos, museos y corporativos han constituido al tejido urbano, de buena parte de la República, afirmó, al tiempo que lo describió como un arquitecto urbanista próximo al modelo renacentista que heredó de sus maestros, que no sólo es un profesionista, pintor y escultor, sino que también es un gran promotor de la arquitectura entendida como un fenómeno cultural.
Sus construcciones, apuntó, están hechas de conceptos fuertes, con una vocación monumental y con una herencia notable, tanto de la modernidad como de la arquitectura prehispánica mexicana.
La Medalla de Bellas se ha entregado 171 veces desde 1993 y sólo se había otorgado hasta ahora a dos arquitectos: Abraham Zabludovsky y Pedro Ramírez Vázquez, de ahí la trascendencia de que se le concediera a González de León.
En el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, una de sus más destacadas obras, la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio, reconoció la labor creativa y artística del arquitecto, en cuyo pensamiento, dijo, la emoción estética puede pasar de la nostalgia y la calma a la alegría, al asombro y la exaltación.
"Cuando eso acontece, la arquitectura se convierte en obra de arte, y eso es precisamente lo que pasa con su obra", destacó Vicencio Álvarez.
Es por eso, dijo, que resulta un honor rendir homenaje a González de León, a su trayectoria y a la trascendencia que sus obras tienen en la vida artística y cultural de México, y ofrecer el reconocimiento al creador del Museo Rufino Tamayo, en el que el INBA y los ciudadanos tienen uno de sus más destacados recintos artísticos.
Recordó que en ese recinto se presentó en 1996 la exposición "Ensamblaje y excavaciones-La obra de Teodoro González de León 1968-1996", exhibición que mostró la vertiente que da cuenta de su desempeño arquitectónico, en la cultura y escultura de esta figura.
Por su parte, el homenajeado destacó no haber tenido la tentación tecnológica que marcó gran parte de las preocupaciones y creaciones del siglo XX, pues siempre pensó en su quehacer como la hermana mayor de las Artes Pláticas.
Rodeado de amigos y colegas, refirió que su vida se vio invadida por la música y la arquitectura a un mismo tiempo y poco a poco concluyó que ambas disciplinas junto con la escultura, la pintura, el grabado y arquitectura, se retroalimentaban, ignorando cómo se llevaba a cabo esa interrelación, pero siempre sintiéndola en su ser y practicándola.
Las experiencias extraídas de sus visitas a Museos y conciertos musicales influyeron fuertemente en sus creaciones y lo contagiaron para plasmarlo en su arquitectura, indicó.
Fue así como tanto su profesión como las demás ramas artísticas se convirtieron en su forma de vida.
En 65 años, todas las artes han cambiado y han aparecido nuevas expresiones que sorprenden y desconciertan lo que ha hecho que se permeen a las artes duras primarias, la pintura, la escultura y la arquitectura.
Su profesión, observó, también ha evolucionado, lo que hace décadas requería de tres o cuatro disciplinas, ahora necesita de la colaboración de 12 a 15 especialidades diferentes.
En su opinión, es la más dura de las Artes Plásticas, por su compromiso originario de servicio y es ella en la que recaen las demandas de la sociedad actual globalizada y permanentemente actualizada, participativa y consciente del espacio urbano y del respeto al medio ambiente.
Previo a la entrega de la Medalla Bellas Artes, el moderador de la Mesa de la ceremonia, Miquel Adriá, resaltó que la historia de la arquitectura mexicana, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del siglo XXI, definitivamente no puede ser narrada sin entrar de lleno en la obra de González de León.
Sus bancos, museos y corporativos han constituido al tejido urbano, de buena parte de la República, afirmó, al tiempo que lo describió como un arquitecto urbanista próximo al modelo renacentista que heredó de sus maestros, que no sólo es un profesionista, pintor y escultor, sino que también es un gran promotor de la arquitectura entendida como un fenómeno cultural.
Sus construcciones, apuntó, están hechas de conceptos fuertes, con una vocación monumental y con una herencia notable, tanto de la modernidad como de la arquitectura prehispánica mexicana.
La Medalla de Bellas se ha entregado 171 veces desde 1993 y sólo se había otorgado hasta ahora a dos arquitectos: Abraham Zabludovsky y Pedro Ramírez Vázquez, de ahí la trascendencia de que se le concediera a González de León.
Vía: El Informador
MUCHAS FELICIDADES ARQUITECTO!!
ResponderEliminarBIEN MERECIDO RECONOCIMIENTO !!
SALUDOS ARQ. JOSÉ ARCE GARGOLLO
SALUDOS ARQ. HATUMI HIRANO