Los distintos ambientes generados por los arquitectos, repercuten de manera directa en las sensaciones, emociones y comportamientos de usuarios.
Imagen cortesía de Flick / Anil-Chopra
El tema de las oficinas de Google ha sido muy discutido últimamente. Su filosofía de diseño ha causado gran polémica, pues más que espacios corporativos pretende construir 'un segundo hogar' para sus trabajadores, donde cuentan con zonas de convivencia, de recreación y de relajamiento.
La intención de ello es fomentar la creatividad y aumentar la productividad, a pesar de que el tiempo laboral disminuye en 30%, al restar el tiempo de distracciones y de trabajo en proyectos personales.
Si analizamos los números generados por la compañía y sus constantes innovaciones, en lo personal no pongo en el duda el funcionamiento del sistema.
La razón del éxito es simple:
El diseño repercute en el estado de ánimo de las personas. Sencillamente, la primera impresión que un lugar nos da puede generar aceptación o de rechazo, pues como explica la psicóloga Laura Fernández Torrisi, todo lo que conforma el ambiente (la temperatura, la ventilación, iluminación, color, espacios, orden, espacios reducidos, higiene, el ruido) son factores que lo vuelven agradable o no.
La implementación de criterios 'terapéuticos' es de gran utilidad particularmente para oficinas, pues los trabajadores pasan muchas horas dentro de éstos espacios y son comúnmente invadidos por sentimientos de estrés, enojo, frustración, claustrofobia y ansiedad, entre otros.
Si bien la arquitectura no es mágica, se pueden contrarrestar estas sensaciones negativas con las transmitidas por un buen diseño.
En realidad no es necesario hacer tal cual lo que hace Google, pero puede tomarse en cuenta consideraciones como las siguientes:
Amplitud: los techos altos y escasos muros divisorios brindan una sensación de libertad y propician la socialización entre los usuarios, además de que se puede lograr una planta más interactiva.
Iluminación natural: todos sabemos que la luz solar tiene grandes beneficios. Entre ellos evita la depresión y mejora la salud.
Colorido: los típicos pantones de oficina, fuera de atribuir seriedad a la empresa, son deprimentes, pues generalmente son tonos neutros, en escala de grises o simplemente blanco y negro. Incluir colores vivos en un espacio lo carga de energía y lo hace más divertido.
Personalización: un cubículo, compartimiento u oficina personalizado permite al trabajador 'adueñarse' del espacio, sentirlo suyo. Esta identificación genera comodidad y confort, así como mayor compromiso y responsabilidad, tanto con las tareas a realizar, como con la conservación, orden y organización del módulo.
Contacto con la naturaleza: la simple presencia de plantas o la relación con paisajes naturales del exterior fomenta la relajación y demás sensaciones de bienestar emocional.
Todo lo anterior repercutirá, como nos han mostrado Google y otras empresas en el rendimiento de los trabajadores, lo que se refleja en una mayor producción e ingresos.
Por Mariana Villavicencio Fernández, Directora de protecTotal y Arquitecta por el Tecnológico de Monterrey.
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